De vuelta de mi 'refugio' 'Donde no hay más norte', en Canarias
Tomo prestada la expresión de mi apreciado amigo Luis Ortega, que es a quien le corresponde, si no recuerdo mal, para referirme a la Villa de Garafía, y en concreto a Santo Domingo.
Aquí estamos para ir retomando la Agenda y volver a la "rutina", bien entendida, de las prisas, preocupaciones, ansiedades, todo lo contrario de lo que pude respirar en el indicado "refugio".
Entre tanto nos incorporamos plenamente al trabajo, queden aquí algunas muestras de los días transcurridos, entre amigos, paisajes singulares, aires distintos y sabores diferentes. Sólo por eso todo nos sabe mejor, como imagino suele ocurrir a todo el que cambio de aires, aunque sea por unos días veraniegos.
En primer lugar, y antes que cualquier otro asunto, deseo dedicar unas lineas, al menos, a mostrar públicamente mi solidaridad y pleno apoyo a las reivindicaciones de los Garafianos y Garafianas, con su Corporación y Equipo de Gobierno Municipal al frente, para que los niños y las niñas puedan seguir asistiendo a sus clases en el Grupo Escolar de Enseñanza pública de Santo Domingo de Garafía.
Siendo verdad, como lo es, que la ratio de alumnos ha descendido por debajo de los mínimos que tiene establecidos la Consejería, y teniendo en cuenta incluso el que los alumnos puedan tener el equipo de profesores necesarios para su formación, no es menos cierto que obligarles a trasladarse fuera del municipio, porque eso es lo que tendrían que hacer, camino del vecino pueblo de Puntagorda, ocasionará mayores perjuicios que beneficios. Dudo que hay un solo sociólogo que opinara lo contriario, si conoce como nosotros las circunstancias especiales de este municipio al norte de la isla de La Palma.
Consideramos que el sobrecoste, que sin duda supondría mantener los estudios en el Centro de Enseñanza de Santo Domingo de Garafía, bien merece la pena, al menos para compensar las dificultades que ya de por sí, por vivir donde viven, y desear seguir viviendo en el pueblo que nacieron, tienen que afrontar los garafianos y las garafianas cada uno de los días del año. O es que, con el objetivo principal de rentabilizar el gasto, la solución sería llevar a las poblaciones donde ya existe mayor concentración. Y en ese caso, quién se haría cargo de los campos y de los ganados, y de los montes, quien cuidaría del paisaje, quien nos atendría cuando nos apetezca huir de las ciudades para encontrar un poco de sosiego y paz, en lugares como el que estamos hablando. Se lo tiene más que ganado nuestro apoyo y ese plus de gasto, que pueda suponer dotarles del profesorado necesario, aunque sean muy pocos los alumnos. No todo puede ser rentabilidad y ratios, y quienes así lo establezcan y mantienen yo les recomendaría que se dieran una vuelta, alguna vez, por un lugar tan especial y singular como Garafía, y entonces estoy convencido que lo entenderían y apoyarían la reivindicación de los alumnos y alumnas garafianos y garafianas.
Este es un tema en el que todos deben remar en la misma dirección, en el que no puede haber ningún tipo de disensión, en el que los distintos grupos municipales en el Ayuntamiento de Garafía deben luchar juntos. Y es también el momento de que otros municipios hermanos se solidaricen y de que el Cabildo, como gobierno insular, preste todo su apoyo, como de algún modo hemos conocido que ya ha manifestado.
La solución no puede ser la de volver a coger la Guagua, para tal vez no retornar al pueblo en el que se nación. Quien no haya pasado por esa experiencia nunca sabrá lo que eso supone.
En segundo lugar, y manteniendo el tono reivindicativo, que no puedo evitar, aunque no sea de tanta trascendencia inmediata como el de que los escolares sigan acudiendo a sus clases en Garafía, haré una mención a la celebración del Centenario del nacimiento de JUAN RÉGULO PÉREZ.
Estamos en efecto en los cien años del nacimiento del filólogo, historiador y pionero de la implantación del Esperanto en Canarias, don Juan Régulo Pérez, que nació en el barrio de Cueva de Agua, de la villa de Garafía, un mes de marzo del año 1914.
Próximamente están previstas unas exposiciones, a inaugurar el Sábado 27 de Septiembre, con las que el Ayuntamiento de su villa natal tiene previsto conmemorar el citado centenario. Ya hemos mostrado a la corporación municipal garafiana nuestra disposición a colaborar, y de hecho hemos coordinado a un grupo de artistas -Miguel Ángel Díaz Palarea, Alexej Dvorak, Pedro Fausto, Alfonso García, Francisco de Asís Leal Páez, Medín Martín, Dácil Travieso-, que mostraran sus obras bajo la convocatoria de un cartel titulado "Después de Babel. El sueño de Juan Régulo Pérez".
Hay un aspecto que deseamos sea tenido en cuenta, con motivo de la celebración del centenario del nacimiento de don Juan Régulo. Nos referimos a que se adecente, un poco al menos, los exteriores de la casa natal, en Cueva de Agua, para que sea perfectamente visible por todo aquél viajero que desee visitarla (se encuentra en la parte alta del citado barrio, justo a la salida del mismo, subiendo por un antiguo camino real, que parte a la derecha de la carretera, poco después de comenzar a subir por el mismo).
Al mismo tiempo, sugerimos y solicitamos que sea colocada una sencilla Placa, por el Ayuntamiento de su villa natal, en nombre de todos los garafianos y garafianas.
Casa natal de Juan Régulo Pérez. Cueva de Agua, Garafía. Foto: Celso Sánchez |
Casa natal de Juan Régulo Pérez. Cueva de Agua, Villa de Garafía. Foto: Celso Sánchez |
Casa natal de Juan Régulo Pérez. Cueva de Agua, Garafía. Foto: Celso Sánchez |
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