miércoles, 18 de febrero de 2015

RESISTIR VECES, AVANZAR OTRAS, LUCHAR SIEMPRE

Una de las muchas enseñanzas que nos inoculó nuestra madre, Ignacia Teodomira Sánchez Rodríguez

La misma enseñanza, que ella misma practicó, desde sus primeros años en su barrio de Cueva de Agua, en la Villa de Garafía, en donde nació, un día 31 de julio de 1923, hasta el último instante de su vida, en la habitación 215, de la unidad de paliativos, del Hospital Universitario de Canarias, muy próxima a la media noche del sábado 14 de febrero de 2015, cumplidos los 91 años y siete meses.


Ignacia Teodomira Sánchez Rodríguez y Manuel Hernández Perera

Muchas son las enseñanzas que, a lo largo de muchos años, fuimos recibiendo de nuestra madre, Ignacia Teodomira Sánchez Rodríguez, como también en su día de nuestro padre, Manuel Hernández Perera, fallecido hace ahora algo más de veinte años, en la casa familiar, de la plaza de San Marcos, de Tegueste. Si fuésemos a elegir alguna de ellas, sólo por ser la primera tal vez que nos llegase a la mente en ese instante, es la de luchar, luchar y volver a luchar, no doblegarse nunca, ni ante el poderoso, ni tampoco por el simple hecho de que algo está de moda, o porque no te vayan a mirar distinto, o no sea lo políticamente correcto. Frente a ello, tu debes actuar correctamente, por tu misma convicción, debes ser y actuar lo más justamente posible, y si has de ayudar y puedes hazlo al que más lo necesita, sin por ello despreciar al que tiene y no lo necesita. Debes intentar llevarte bien con todo el mundo, esto la verdad era pensamiento prioritariamente de nuestro padre, aunque a fin de cuentas compartido, y si por  la razón que sea no es posible, que lamentable y realmente ocurre que no suele serlo, deja al otro lado al que no puedas llevarte bien, él a lo suyo y tu a lo tuyo, sin necesidad de ir literalmente a por él, pero sí haciéndole saber al mismo tiempo que deberá respetarte, quiera o quiera llevarse contigo, y que tu no vas a dejar apabullarte, y que no te vas a doblegar.

Las dificultades de todo tipo por la que tuvo que pasar nuestra madre, con las que tuvo que luchar, y que logró superar a base de esfuerzo personal, de sacar fuerzas de donde muchas veces no había más energía sobre las que apoyarse, nos ha marcado a nosotros, sus hijos, para siempre. Nosotros somos los primeros admiradores de su esfuerzo continuo, de su lucha por sacarnos a todos nosotros adelante.


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